Un sentimiento de tristeza y soledad invadió mi mente, intente distraerme,
hice ejercicio, tome una ducha, distraje mi mente con actividades pero
al final nada surtió efecto, me sentí perdido, desorientado, nervioso,
preocupado, furioso ... así que decidí salir a caminar para sacar todos
esos pensamientos de mi mente, camine y camine tanto como pude pero no
dio resultado ... en ese momento donde pense que habia perdido la razón
vi la luna, enorme, hermosa, perfecta frente a mi y decidí seguirla sin
importar cuanto me tomase; y empezé mi marcha hacia la luna, cada paso
me hacia sentir un poco más cerca, la seguía sin mirar atras, sin ver a
otro lado, solo viendola fijamente, sin mirar al atravesar, solo
perseguía la luna ... y cuando sentía que ya no podía más, que mis
piernas se doblaban y mis corazón se salía del pecho, justo cuando mi
voluntad quería rendirse, entonces ... abrazé a mi luna, acaricié su
piel blanca como si fuese mía, el cansancio desapareció, la tristeza se
esfumó, me sentí completo y vivo otra vez al tenerla frente a mi, mi
luna, mi hermosa luna, tu brillo me condujo hacia a ti ... y recorde lo
enamorado que estoy de ella y con el corazón en los labios la besé y me
rendi ante sus brazos ... mi luna, mi hermosa luna ... fué cuando me
sentí volar y enloquecer, toque a mi luna y la desnude, le desnude sus
miedos y la vi más hermosa que nunca enmedio de tanta oscuridad, su
blanca piel brillaba y su calidéz inundaba mi cuerpo y después de
sentirla, de acariciarla intimamente, después de decirle cuanto la amo y
desmotrarserlo tan apasionadamente, la tomé, le hice el amor a mi luna,
ella ... nerviosa, perfecta, preciosa, yo tomandola por completo, mia,
solo mia, yo ... solo de ella ... mi luna temblaba, se estremecia con
cada caricia, me abrazaba, me aprisionaba contra su cuerpo, el primer
hombre en hacerle algo así, el primero en su vida en amarla así ...
amandonos tanto, deseandonos tanto, que quedamos dormidos, abrazados,
tiernamente acurrucados uno junto al otro, pasé la noche con mi luna y
volvi a descubrir que no necesito nada más, su brillo me cautiva, me
enamora, me llena de vida. Al despertar regresé a mi hogar, sin dejar de
pensar en la luna, sintiendola, deseandola, extrañandola, amandola, con
mi cuerpo impregnado con su aroma, aún sintiendo sus caricias, aún
sintiendo en mis manos su blanca piel, sintiendo el sabor de sus besos,
el sabor exquisito de mi luna, inolvidable sensación de un amor
profundo. Amo a la luna, amo a mi única luna ... la luna de octubre.