Araño las paredes de mi orgullo tratando de escapar de esta prisión de recuerdos, como un desdichado que se ahoga doy zarpasos desesperados tratando de flotar sobre esta inmensa sensación de soledad, el terror se apodera de mi, me electriza la piel y aún así soy incapaz de gritar o pedir ayuda, algo dentro de mi se rompe y se extingue en silencio como la última flor de invierno, me sudan las manos, me tiemblan las piernas y me cuesta trabajo respirar... y no hay nada que pueda hacer, siento como las paredes del cuarto se alejan más y más, y el frío inunda hasta el último rincón, simplemente no hay solución cuando estás encerrado en la misma habitación que tu peor temor.