Mil demonios viven en mí, en mi sangre, en mi voz, en mi mente, en cada suspiro, mil demonios controlan este cuerpo como una marioneta, puedo sentirlos empujándome cada vez más fuerte, y yo, lo que queda de mi, va perdiendo la batalla, mil demonios se burlan de mi, puedo escuchar sus voces cuando llega la noche, puedo escuchar sus risas también; puedo sentirlos caminar por debajo de mi piel, puedo sentirlos saborear el filo de un cuchillo en mis manos, puedo sentir su hambre al ver tan solo gota de sangre, puedo sentir como jalan con fuerza mis músculos cuando alguien enfrente de mi está peligrosamente en un lugar donde puede caer; cada intento por acabar con ellos ha fracasado, incluso temo liberarlos, solo puedo pararme aquí, frente al espejo, mirando a través de mis ojos como cada día son más fuertes y apretar los dientes para aprisionarlos ¿para siempre?