Como dos mundos que se encuentran, colisionamos y la galaxia se estremeció por nuestra fuerza de atracción, nos fundimos en uno solo y entonces la batalla comenzó, yo trataba de colonizarte y tu a mí, dos culturas alienígenas que trataban de dominarse, pero nadie cedía, pasaron los años y nos dimos cuenta que nos podíamos entender, que nos soportábamos e incluso que hasta nos agradábamos, y así poco a poco en lugar de intentar exterminarnos decidimos formar un mundo nuevo, la pasión y la alegría de tu lado, la razón y el orden por el mío, y así fue como en este inmenso universo coincidimos y ahora cohabitamos el mismo destino, tu mundo y el mío.