Tú, invasora de mi razón, tu, que apareciste en medio de mi vida y sin avisar me arrebataste la atención, tú, mujer perfecta que me ama con pasión, tú, que te atreviste entre tus brazos resguardar mi corazón, eres la culpable de que hoy yo conozca el amor, tan tierno, tan puro, tan vivo, tú, dueña de mi vida, mi alma, mi cuerpo y mi corazón, tómame con suavidad y dulzura, sorpréndeme día a día, cúbreme con tus besos y envuélveme entre tus brazos, guíame con tu voz y llévame de tu mano a un mundo donde nunca se apague el fuego de esta pasión.