Cada mañana me despierto pensando ¿En dónde estarás? ¿Seguirás aún dormida? y en mi imaginación me acerco a ti, te robo un beso en la frente mientras tú aún tomas una taza de té con Orfeo, te imagino tranquila y llena de vida sobre mis sabanas como si fueras real, entonces al poner una mano sobre tu vientre tu imagen desaparece y te vuelves polvo frente a mis ojos.
Escucho voces que me dicen que no me enamore de un capricho, que deje escapar a tu imagen, deje ir a tu sonrisa lejos de aquí, pero me niego a perder algo que no he podido tener, me niego a perder mis sueños, simplemente no quiero alejarte de mí, porque si lo hago me siento morir, me siento incompleto como si no pudiera tenerte nunca, como si hubiera una maldita muralla de cristal frente a mí, que te separa y me hace invisible a tus ojos.
Ahora me encuentro aquí, soñando con tus manos, con la suavidad de tu piel como si pudiera sentirla alguna vez, como si por fin hubiera hecho realidad un sueño roto, pero no siempre los sueños se hacen realidad, solo me queda despertar y dar un paso más... lejos de ti.