El recuerdo me domina cuál misteriosa fuerza, sin darme cuenta empieza a controlar mi mente y mis deseos, me orilla a la demencial tortura por la cuál salí huyendo, sin embargo me dan unas ganas inmensas de buscarte, verte y abrazarte con todas las fuerzas que me quedan, estoy más cerca de tí como no lo he estado y no lo estaré en mucho tiempo, pero... temo verte, no creo poder resistir la voz de tu mirada, no creo merecerla nunca más, aún así, no puedo contenerme al pisar esta ciudad que me llena de recuerdos de tí, instantes encapsulados en mi alma como fotografías precisas de mil sonrisas y mil lágrimas a tu lado... amor, el único recuerdo de tí que soporto ver sin soltar el llanto es el hermoso brillo de la luna llena, tan blanca y casi tan sublime como tú, mi reina.