Arrinconarte al centro de tu cama y con palabras de mi alma amarrarte a tu almohada para que no hullas de las caricias que te esperan, cometer asesinato entre tus sabanas, regarle una flor al difunto pudor que viste tu cuerpo, comer de tu piel todas tus preocupaciones y beber de tus labios tus más profundos temores, con las yemas de mis dedos moldear tu figura al ras de tu cuerpo, cada línea curva que te hace perfecta, contar de a uno los poros que habitan en ti, marcarlos con un beso...