Artemio Insomne

"...ayer descubrieron que tenía poderes psíquicos" me decia con la cara exultante de felicidad, mientras sorbía un trago de café, el jueves había sido premiado por encontrar una cura para el SIDA y el cancer, lo cual no era si no la cereza del pastel de una semana en la cual habia descubierto el secreto de la levitación humana, había encontrado una substancia capaz de aumentar la esperanza de vida en 200 años, había desarrollado una fórmula matemática cuya aplicación en la economía permitia que los ricos se hicieran más ricos y los pobres permanecieran pobres pero felices, había encontrado una bacteria capaz de absorber la contaminación del aire, desarrollado un artilugio que podía predecir terremotos con un día de anticipación (tornados y huracanes por 5 pesos más) e inventado una máquina que permitía conocer el "hubiera" en cualquier momento de la existencia humana, ésta última aclamada por cierto político famoso de la izquierda mexicana (y decomisada por la CIA y el Gobierno de México por nosequemadres de seguridad nacional mis huevos..) en fin, Artemio no cabía en sí de felicidad, y cada madrugada después de la celebración en su honor llegaba a casa con el sentimiento no verbalizado (pa' que no doliera) de que al fin sirvo para algo chingao, se despojaba  de la ropa y se ponía la pijama de franela desteñida con el ansia de que ya sólo tengo una hora para dormir antes de presentarme a cobrar mi cheque de tantoscientosmil millones de pesos, antes de ir a recibir el nombramiento de superasesormegaconfidencial de todos y ningún gobierno, de mudarme a mi nueva casa en las Islas Canarias con mi equipo de guaruras de élite y mi servicio doméstico de veinteañeras frondosas y complacientes, todo bien merecido por mi aportación a la felicidad humana, eso pensaba mientras se acostaba en su colchón inflable y cerraba los ojos para despertar en ese mismo instante y darse cuenta de que faltan cinco para las ocho carajo, y es el sexto día que llego tarde y ya me la sentenciaron, se decía sin poder borrar la sonrisa de la cara, aún con los resabios del sueño idílico de la noche anterior, y se vestía en chinga para irse a trabajar al centro comercial donde era cajero, mientras la euforia de postdescubrimiento soñado de sí mismo le impedia darse cuenta de que técnicamente, no había dormido nada.

Lo encontraron muerto hoy en la mañana, el médico legista dijo hace rato, mientras firmaba el acta de defunción (con su cara de pendejo) "este wei se murió de cansancio, al parecer no durmió durante una semana" nos escupió mientras nos entregaba el documento con una sonrisa sarcástica. Los cuates nos estamos cooperando para el sepelio, no le conociamos familia ni mujer (u hombre) asi que no hay a quien llamar... quiero pensar que el cabrón no se murió, sólo eligió quedarse de aquel lado... aunque me pregunto si alla podrá dormir...

P.D. Lo que me encabrona es que no me contó el último sueño... ni pedo.


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