Eres la rosa marchita bañada en sed de amor, el frágil tinte de la derrota te tiñe con desprecio hasta la última hoja, no busques más, no pidas más, las filosas agujas envenenadas con dulzura te persiguen y agobian, no eres más que una triste rosa, no eres más que la exquisita verdad de mi dolorido corazón.