Te lloré fuego cada noche hasta sentir que mi llama se extinguía, pero me dí cuenta que el problema no era yo, no soportaste el calor de mi pecho y solo pudiste huir, ahora lo entiendo, pero ya es mi tiempo de arder con toda esta pasión que contengo dentro mi y explotar todo este amor hasta opacar la luz del sol, porque no puedo apagar mi naturaleza, que al final se quede quien me vea brillar y meta sus manos a la flama sin miedo a quemarse, el fuego de mi alma perdurará.